En su carrera 200 en Turismo Carretera, el entrerriano ganó en Posadas y es el único piloto que repitió victoria en la Etapa Regular. Arranca la Copa de Oro 7 puntos debajo de Agustín Canapino, con gran perspectiva para retener la corona.
“¡Vamos, carajo!”. El grito de Mariano Werner, subido al pontón de su Ford, resultó todo un desahogo. Con las pulsaciones a mil y sofocado por los más de 60ºC que soportó adentro del habitáculo, el entrerriano liberó todas las tensiones luego de obtener su 2ª victoria de la temporada en el Turismo Carretera.
Fue en Posadas, uno de sus circuitos preferidos, según contó en la previa. El mismo escenario donde había ganado en el TC Pista en 2007 y donde repitió en 2015, pero ya como piloto de la “máxima”. Fue un triunfo especial para él, ya que lo logró en su carrera número 200 en su próspero historial en la categoría.
Y lo hizo con los dientes apretados, a pura concentración, hablando lo justo y necesario por la radio con su equipo, mirando todo el tiempo por el espejo retrovisor cómo Gastón Mazzacane (Chevrolet) lo corría “hasta debajo de la cama”, como graficó. Para Mariano esta no fue una competencia más. Quizás no tanto por la estadística, sino por todo lo que estaba en juego.
Porque con la clasificación a la Copa de Oro asegurada en la 2ª serie, el objetivo del actual campeón del TC era llevarse los últimos 8 puntos extras de la Etapa Regular para descontarle a Agustín Canapino (Chevrolet) en el inicio del minitorneo. Con el objetivo cumplido, el entrerriano logró acortar la brecha a solo 7 unidades. De lo contrario, Canapino hubiera arrancado 15 puntos arriba.
“Esta era la carrera más importante que tenía que ganar para entrar a la Copa con toda la fe. Pero no me conformo, hay que seguir por el mismo camino, seguir trabajando. El nivel está cada vez más competitivo y difícil. Pero hemos recuperado el nivel, y eso me pone feliz”, relató el campeón, que se ilusiona con retener la corona para el Óvalo.
Es que Mariano no había quedado conforme con el rendimiento de su Ford en las últimas 2 carreras que el Turismo Carretera disputó en San Juan (fue 26º y 8º, respectivamente). De hecho, afirmó que ahí dejó pasar una gran posibilidad de sumar puntos gordos que tal vez le hubieran permitido pelearle a Canapino el liderazgo de la Etapa Regular.
“Tuvimos 2 carreras en las cuales perdimos un poco de terreno y puntos. No sé si confianza, pero sí el nivel que esperábamos. Pero en 10 días los chicos trabajaron a full en el taller para revertirlo, Rody Agut con los motores… Sabemos cuáles son las cosas débiles, y vamos a trabajar más que nunca”, anticipó el entrerriano.
El 10 y 11 de septiembre en Rafaela comenzará el “verdadero” campeonato. “Es la etapa más linda del año, exigente. Pero me gusta el desafío”, expresó el piloto del Gurí Martínez Competición. Tal como ocurrió en los últimos años, Werner asoma como el As de espadas que tiene Ford para pelear el título.
Los últimos antecedentes le son favorables. El año pasado, ganó la Copa con absoluta solvencia, a bordo de un auto que casi no tuvo fisuras, que le permitió ser candidato a la victoria en la mayoría de las 11 carreras que disputó el año pasado.
Esta temporada la afronta con otro auto y en otro equipo. Pero con el mismo hambre de gloria de siempre. Mariano Werner volvió a mostrar sus credenciales. El campeón está en carrera, firme, fuerte, con la confianza por las nubes. Y la ilusión intacta.
Fuente SoloTC