Autódromo “José Muñiz”, un lujo para el automovilismo patagónico

Una delegación de pilotos pertenecientes a la Asociación Regional Austral de Automovilismo Deportivo (Araad), integrantes de las categorías Turismo Competición 1.300 c.c. y de la Monomarca Chevette, asistieron en octubre del 2001 a la inauguración del autódromo “Ciudad del Centenario” de Río Gallegos, en la actualidad renombrado “José Muñiz” en homenaje a quien fue la gran figura del automovilismo de la Patagonia, tanto argentina como chilena.

El recinto tuvo una primera inauguración en 1990, también con presencia de corredores magallánicos que en esa ocasión eran de las categorías Turismo Carretera 5.000 c.c. y la serie Preparación de 2.000 c.c., acto que se enmarcó en los festejos del primer centenario de la fundación de la capital de la Provincia de Santa Cruz, de allí el nombre original que se le puso al autódromo.

PRIMERA INAUGURACION

En esa primera oportunidad las instalaciones del autódromo no estaban completadas en un cien por ciento y además la pista de asfalto no logró soportar el trajín de los autos, especialmente el de los Turismo Carretera, rompiéndose en gran parte de su trazado lo que dificultó la conducción de las máquinas, debiendo los pilotos tratar de evitar caer en unas verdaderas zanjas que se habían formado.

Tuvieron que pasar once años para que los “tuercas” de Río Gallegos pudieran volver a contar con un recinto que en esa oportunidad sí fue construido bajo todas las normas, siendo catalogado en esos años como uno de los tres mejores de Argentina, sólo superado por el “Oscar y Juan Gálvez” de Buenos Aires y el autódromo “General San Martín” de Mendoza, que en la actualidad se encuentra prácticamente abandonado.

El recinto fue inaugurado por Néstor Kirchner, quien ese año era el gobernador de Santa Cruz y años más tarde fue presidente de la república, contándose con una concurrencia superior a las diez mil personas.

TRASCENDENTE

Sin duda que la inauguración del “José Muñiz” fue uno de los hechos más trascendentes de los últimos tiempos para el automovilismo en la Patagonia, tal como lo señaló en esa oportunidad Julio Beltrán, quien oficiaba como presidente del Automóvil Club de Río Gallegos, al señalar que “concretamos otro monumental sueño al lograr uno de los escenarios más importantes para la práctica del automovilismo deportivo”.

Y la verdad es que no dejaba de tener razón, ya que el recinto cuenta con un circuito perimetral de 4.206 metros más otras cinco variantes o alternativas entre los 2.200 y 3.400 metros, todas con un ancho de 12 metros, además el autódromo dispone de 55 boxes asfaltados, protegidos con cortinas metálicas de cierre, agua potable, electricidad y sistema neumático para operación de herramientas.

Sobre los boxes cuenta con una extensa terraza de 130 metros de longitud, con barandas, piso de baldosas y en un extremo se ubica una torre de control de tres pisos para el cronometraje, la sala de prensa y los comisarios deportivos encargados de las competencias.

Cuenta también con una cafetería en la misma terraza y un gran e infaltable quincho para quinientas personas que se ubica en el acceso principal del recinto.

A lo anterior se añaden baños, una amplia calle de boxes, garaje para las revisiones técnicas, semáforo de partida, amplios estacionamientos, una tribuna para mil personas en la recta principal y un sistema de cronometraje computarizado.

GRAN GESTION

Su construcción tuvo un costo de cuatro millones de dólares para la época y fue financiado exclusivamente con fondos de la Provincia de Santa Cruz, donde una gran gestión de los dirigentes del Automóvil Club permitió la concreción de la obra.

Sin duda que da envidia sana si lo comparamos con nuestro Cabo Negro, que también en su momento -hace ya cuarenta años, cuando se asfaltó el circuito- fue considerado como el mejor de la Patagonia.

El autódromo se ha utilizado para las competencias locales del Automóvil Club de Río Gallegos, donde en más de una oportunidad han actuado corredores los magallánicos, como también ha recibido categorías nacionales argentinas, tan importantes como lo son la Turismo Carretera y la Turismo Nacional, con gran éxito en la asistencia de espectadores.

RISPOLI Y GONZALEZ

En cuanto a lo deportivo de lo que fue la inauguración, la representación magallánica estuvo integrada por 27 pilotos, veinte de la Monomarca Chevette y otros siete de la Turismo Competición 1.300 c.c.

Marcos Ríspoli fue el ganador en la T.C. 1.300 c.c. mientras que Manuel “Pacín” González lo hizo en la Chevette, en ambos casos disputando una sola manga de 12 vueltas, correspondiendo a la segunda fecha del Campeonato Regional de esa temporada para la monomarca y la primera para la 1.300 c.c.

En el caso de Ríspoli, se impuso actuando en el circuito de menor longitud, de sólo 2.200 metros, que tenía características muy sinuosas y con muy pocos lugares para poder sobrepasar, superando a Francisco Karelovic por casi 8 segundos, seguido de Jorge Guic, Davor Domic, Francisco Cárdenas, Jaime Ivelic y Marco Antonio González.

Por su parte, “Pacín” González se quedó con el triunfo en la Chevette, donde ganó a Rodrigo Cuevas por poco más de dos segundos, seguido por Sandro Goic, Richard Pardo, José Miguel Cárdenas, Mario Vitelle, Marcos Vera, Juan Carlos Würth, Héctor Vargas, Eduardo Carrasco, Luis Vera, Pedro Toledo, Sergio Pérez, Robinson Bustamante, Daniel Groves, Ludovico Davet y Carlos Hechenleitner.

 

Fuente La Prensa Austral