El piloto aprovechó el receso para hacer una revisión de su unidad, luego de que en marzo el auto se mostró competitivo, problemas de temperatura los complicó en la final, por lo que se reviso, la planta motriz, como todo lo que tiene que ver con el sistema de refrigeración, en el mismo sentido se hizo un exhaustivo repaso de la suspensión y se trabaja en un segundo motor. «Tengo la suerte de contar con la ayuda permanente de «Helmu» en el chasis y del equipo de Agustín Verón, que me dan una mano enorme para que el auto de a poco pueda ir mejorando.» Manifestó Pablo, que espera en estos días poder hacer unas modificaciones más en el coche para dejar todo listo para las comunitarias. Con la clara idea de tener los dos motores en condiciones para el mes de septiembre cuando se reanude la actividad, el piloto busca poder tener la continuidad dentro de la divisional y ser protagonista.